Temporada de Avistamiento de Ballenas, pero con responsabilidad

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Ya empiezan a llegar a las costas de Pacífico panameño, las ballenas que año tras año se toman las aguas de Panamá para apareamiento, tener a sus crías, amamantarlas y establecerse por unos meses en el cálido mar del istmo.

Por eso, y buscando que los turistas, tanto local como extranjeros que aprovechan esta temporada para hacer turismo de avistamiento disfrute de la actividad y con responsabilidad, el Ministerio de Ambiente, MiAmbiente, reitera algunas recomendaciones, establecidas en en el Protocolo de Avistamiento de 2017, y que se deben tomar en consideración para afectar o menos posible a estos enormes mamíferos marinos.

No acercarse a menos de 100m de delfines ni a menos de 250m de ballenas.

La velocidad máxima permitida en presencia de cetáceos es de 4 nudos o 7 km/h.

El motor de la embarcación debe permanecer en neutro durante el avistamiento.

El avistamiento no podrá superar los 30 minutos con un mismo grupo de cetáceos.

Cuando se observe una ballena con cría el tiempo máximo será de 15 minutos.

Las embarcaciones no deberán acercarse a los cetáceos en dirección contraria a su desplazamiento.

No interrumpir el curso de cetáceos, dividirlos o dispersarlos cuando nadan en grupo.

No se debe seguir el curso de inmersión para emboscarlos en el momento en que salgan a tomar aire a la superficie.

Evitar los cambios repentinos de velocidad o curso de la embarcación durante el avistamiento.

El uso de ecosondas en las áreas de observación queda terminantemente prohibido.

Se prohíben los desplazamientos circulares alrededor de un organismo o grupo de organismos.

Se prohíbe nadar, bucear con snorkel o tanque, o cualquier actividad que implique interactuar con los cetáceos en su hábitat.

El acercamiento para la observación debe realizarse siempre en forma paralela al curso de desplazamiento de los cetáceos y ligeramente por detrás de éstos.

José Julio Casas, director nacional de Costas y Mares de MiAmbiente, explica que el avistamiento de cetáceos es una de las actividades turísticas de mayor crecimiento en el mundo, y en países como Panamá es una opción sostenible para las comunidades costeras que lo ofrecen.

El Archipiélago de las Perlas en el Golfo de Panamá, Isla Iguana en Los Santos, Coiba en Veraguas e Islas Secas en Chiriquí, son espacios marinos en donde se pueden ubicar a las ballenas jorobadas en los meses de julio a octubre, cuando llegan en mayor número provenientes del Pacífico Sur.

Las que vienen del Pacífico Norte arriban entre diciembre y marzo pero en número muy reducido y solo se pueden observar en el Golfo de Chiriquí.

La entidad hace un llamado, de ser testigos de un mal manejo durante la práctica de avistamiento de cetáceos, puede hacer el reporte a la línea de gratuita 311, o a través de la redes sociales @MiAmbientePma, www.miambiente.gob.pa

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